Por: Silvia Velásquez
Soy una fanática de viajar, hacer turismo y conocer los sitios hermosos que tiene nuestro país, también soy conservacionista, ambientalista, sintiendo un profundo amor por la naturaleza y los animales.
No está para nadie oculto que nuestro planeta atraviesa graves cambios que desfavorecen su preservación: el avance tecnológico, las grandes industrias, el crecimiento del mercado automotor, la quema desorganizada de desechos, la tala de bosques y la utilización de componentes tóxicos, alteramos negativamente el estado natural del medio como consecuencia de la actividad humana. Y en esta parte me detengo porque en nuestro país sucede que gran parte del problema de contaminación está en nuestras manos, es un problema de conciencia, de cultura y de crecimiento personal.
Contaminación en las Playas de Venezuela
Con mucha certeza lo escribo, porque nuestras playas son protagonistas de cantidades absurdas de basura que los visitantes arrojan y dejan luego de disfrutarlas plenamente. Botellas, latas, escombros, anime, papel, goma espuma, colillas de cigarrillos, pañales, bolsas plásticas, son algunos de los desechos más comunes.
Además, las playas son víctimas de aguas servidas de las casas y restaurantes que desorganizadamente, y muchas veces sin permisos, están a sus alrededores. El auge turístico ha generado altos índices de contaminación en nuestras playas de las costas de Aragua.
Hace semanas visité playas de las costas mirandinas. Ansiaba conocerlas y se veían muy bien por internet, tristemente resultaron ser más una acumulación de basura que un buen atractivo turístico. Los pobladores deben entender que si no preservan sus playas en poco tiempo sus ingresos económicos se verán mermados, las zonas donde crecieron se irán deteriorando. Cada persona debe proteger lo que le pertenece, cada venezolano tiene el derecho y el deber de cuidar el ambiente que le rodea.
Hay factores como la basura, las construcciones a orillas del mar y la permanencia de turistas en la zona, que son muy negativos para la anidación y supervivencia de los animales de gran importancia como las tortugas marinas. Infortunadamente, la época reproductiva de esta especie coincide con días festivos y vacaciones escolares de julio y agosto. La presencia de bañistas y actividades en las playas dificulta el desplazamiento de los animales; muchas veces se impide el desove, reduciendo la capacidad de las tortugas para reproducirse con posibilidades de éxito.
Un ejemplo a seguir es la población de Cuyagua, playa por excelencia para acampar y realizar prácticas de surfing que por años ha sido escenario de un alto número de carros y rústicos en sus orillas, provocando daños irreparables a la comunidad y a su fauna. Hoy los pobladores de Cuyagua están uniendo fuerzas para preservar su pueblo, mantener su playa y conservar su fauna, especialmente en el caso de las tortugas marinas por ser sitio de desove comprobado, generando así vida futura de una especie que se encuentra amenazada de extinción.
Dentro de los logros alcanzados destacan la colocación de una barrera que impide el paso de los carros a las zonas de desove, la organización de grupos de pobladores que promueven el cumplimiento de las normas, la formación académica e instrucción sobre conservación de las tortugas marinas para las personas comprometidas con la preservación de la especie, limpiezas continuas de playa y reforestación de zonas verdes.
Es importante que esta información llegue a todas las personas, el conocimiento de nuestro entorno va más allá de ser solo un “tema ambiental”, es parte de lo que nos une como seres vivientes dentro de este planeta llamado tierra.
Fuente: elperiodiquito.com