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El Himno al Árbol en Venezuela

El Día del Árbol tiene como objetivo principal concienciar a la población sobre la importancia de conservar y proteger los bosques y las plantas. Por esta razón, el Día del Árbol es una una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de cuidar nuestro medio ambiente.

En Venezuela, el Día del Árbol se celebra con numerosas actividades, como charlas, talleres, exposiciones y plantaciones de árboles. Y ha sido de tal importancia que hasta tenemos un Himno al árbol, algo que no existe en otros países. Tan así de especial es este día.

Todos los años, el Día del Árbol es una jornada muy especial para los venezolanos, ya que es un día para reflexionar sobre la importancia de cuidar nuestro medio ambiente.

Esta fecha se conmemora desde hace más de 100 años, cuando el presidente Cipriano Castro designó al 23 de Mayo como día nacional del árbol en 1905. Luego el General. Juan Vicente Gómez la cambió al 15 de Mayo, en 1909 y para esta fecha se consagró el Himno al Árbol, con letra de Alfredo Pietri y música de Miguel A. Granado, como la canción emblemática de la efeméride.

HIMNO AL ÁRBOL LETRA:

Coro
Al árbol debemos solícito amor
jamás olvidemos que es obra de Dios. (Bis)
I
El Árbol da sombra, como el cielo fe
con flores alfombras su sólido pie
sus ramas frondosas aquí extenderá
y frutos y rosas a todos dará
II
Él es tan fecundo rico sin igual
que sin el mundo sería un erial
no tendría palacios el hombre ni hogar
ni aves los espacios ni velas el mar
III
Ni santuario digno para la oración
ni el augusto signo de la redención
no existirían flores ni incendio ni unción
ni suaves olores que ofrendar a Dios

Letra: Alfredo Pietri 
Música: Miguel Ángel Granado

El 29 de mayo de 1948, se designó al Araguaney como el árbol nacional, reasignando para esa fecha la celebración del día nacional del árbol y luego el 19 de mayo de 1951, el Ministerio de Educación emitió una resolución en la que dispuso celebrar la semana del árbol, tomando como día del árbol el último domingo del mes de mayo.

La semana del árbol y el día del árbol, constituían unos días escolares de especial importancia. La mayoría de los niños sembraba un árbol por primera vez en su escuela, en su casa o en un parque, en un acto que se asumían con devoción, con cariño, con especial amor a la naturaleza y su ícono más representativo.

Una campaña de Educación Participativa

En una estrategia de fortalecimiento poblacional trazada López Contreras y continuada por la administración del Presidente Medina, se buscaba utilizar la escuela para formar una ciudadanía activa simultáneamente con su alfabetización.

Ese es el ámbito en donde el Himno al Árbol adquiere una dimensión muy particular, ya que sembraba de mística ambientalista a toda la población.

La conservación de los Bosques en Venezuela

El científico suizo Henri Pittier, quien realizó uno de los trabajos naturalistas más notables en el continente americano. Promovió la idea de la creación de un parque nacional para resguardar lo que consideraba la mayor riqueza de esta tierra, su asombrosa biodiversidad.

Tesoro que lo había enclavado en Rancho Grande, donde transita el 21% de las aves existentes en el planeta, en un espectáculo único donde las diferentes especies de aves convierten ese paraje en uno de los monumentos naturales más increíbles del planeta.

Con tales evidencias científicas en sus manos, Pittier logró su propósito y el 13 de Febrero de 1937 se decreta el primer parque nacional en Venezuela, el Parque Nacional Rancho Grande que cambia su denominación en 1953 por la de Parque Nacional Henri Pittier, en homenaje al científico cuyo talento investigativo era tan vasto como la diversidad natural que descubría para el inventario de la Humanidad.

Podríamos asegurar que la conciencia de lo extraordinario de ser venezolano quizás no llegue a completarse sin visitar este paraíso botánico.En el bosque nublado que rodea la Estación Biológica de Rancho Grande, es posible encontrar 150 especies diferentes de árboles ¡en un área de 0,25 hectáreas ¡

Cuando llegó a Venezuela para radicarse definitivamente en ella tenía 62 años. En 7 años publicó más de 100 trabajos relacionados con la majestuosidad biológica del parque.

A los 69 años publica su obra maestra Manual de las plantas usuales de Venezuela (1926). En 1936, a los 79 años de edad, asumió el cargo de Jefe del Servicio Botánico del Ministerio de Agricultura y Cría. Ya entre sus 74 y 76 años había sido Director del Observatorio Cajigal. A sus 80 años obtiene para Rancho Grande el decreto de Parque Nacional. Continuó trabajando incansablemente al frente del Servicio Botánico hasta el momento de su muerte en 1950. Había nacido en suiza en 1857 y tardó 30 años para descubrir América.

A veces, hay hombres que son el vivo ejemplo de los grandes árboles y que parecen tomar de ellos la clave de su vigor.

Viven buscando la energía donde la luz solar se convierte en la activa savia que da esplendor a la vida. Viven y viven, multiplicando sus horas en un esfuerzo creador que descubre el Cosmos para los otros.

Alejandro Humboldt  también admiró y valoró un árbol, el Samán de Güere, del cual hizo una descripción científica que resume su historia. Un daguerrotipo nos brinda un retrato de Humboldt, dos años antes de su muerte. Precisamente en el año que nacía Henri Pittier.

Humboldt murió pensando en aquel Samán de su juventud, en aquellos bosques tropicales, en aquellas regiones equinocciales que le darían el mayor conocimiento que hombre alguno poseyera en su época.

En la naturaleza, el recuerdo se mantiene y los descendientes conservan la herencia de la comunicación que vence al tiempo.

Hay hombres que son árboles de vida, y hay árboles que enseñan humanidad en los valores de sus ramas extendidas donde un pequeño gran mundo puede acampar, donde un paraíso puede soñar, en la armonía sinfónica de todas las especies. Por eso, más allá de lo efímero, al árbol debemos solícito amor.

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El árbol de mango es venerado en muchas culturas y se cree que es símbolo de amor y amistad.

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