La verdadera riqueza de un país se expresa en los Parques Nacionales, Monumentos Naturales y extensiones de áreas protegidas saludables que se encuentran en su territorio, esta riqueza real y tangible nos posiciona entre los diez países con mayor diversidad biológica del planeta y nuestra misión es protegerla como un legado para las próximas generaciones.
Antes de emitir cualquier opinión, todo venezolano debe conocer la función de un Parque Nacional, el propósito de esta área protegida y la situación en la que se encuentra actualmente.
En Venezuela, el estatus de los Parques Nacionales es alarmante y las presiones avanzan cada vez más debilitando esa riqueza que forma parte de nuestra identidad.
Todos sabemos lo que ocurre en el Parque Nacional Morrocoy, Parque Nacional Waraira-Repano, Parque Nacional Santos Luzardo (Cinaruco – Capanaparo), Parque Nacional Canaima, Parque Nacional Yapacana y Parque Nacional Sierra Nevada, entre otros.
Estas áreas son de extrema importancia desde el punto de vista ecológico, estratégico y social, en ellas habitan especies en peligro de extinción que no tienen más alternativa a futuro, viven pueblos originarios y su cultura ancestral, también se forman cuencas hidrográficas que nutren nuestra geografía y nos provee el vital líquido que posibilita el desarrollo del país.
El ciudadano venezolano debe educar y educarse sin parar en temas ambientales, sin distinción política porque a la naturaleza no le interesa y los organismos competentes deben reforzar sus conocimientos y esforzarse mucho más, hasta el punto de la excelencia, trabajar de la mano junto a la sociedad civil y los profesionales que siempre estarán dispuestos en ofrecer herramientas para monitorear o hacer frente a las múltiples amenazas que sufren estos ecosistemas.
Seamos buenos venezolanos y cuidemos la verdadera riqueza.
El maestro Simón Díaz cantaba: “Ser un buen venezolano no es solamente haber nacido en esta tierra. Es respetarla, es abrazarla y es quererla. Es el orgullo que se siente de tenerla”.