Aunque usted no lo crea la falta de agua genera más víctimas que terremotos y huracanes combinados. Es un fenómeno que ha afectado a mas de 2.000 millones de personas en el mundo.
La sequía destaca un poco cuando hay una crisis, pero una vez que pasa el evento, la atención mediática se vuelve hacia otros temas como huracanes y terremotos. De manera silenciosa sin hacerse notar, causa más pérdidas de vida y bienes que ningún otro fenómeno natural. Según datos de la FAO 11 millones de personas han perdido la vida como consecuencia de ellas.
Los agricultores Estados Unidos sufrieron en 2012 las consecuencias de la sequía más severa de los últimos 50 años, mientras que en Sudamérica brasileños y argentinos padecieron una aridez particular que acabó con todos los cultivos de Soja y Maíz, la mitad de la demanda mundial del grano.
Al disminuir la producción las Sequías provocan un aumento en los precios de los alimentos en todo el mundo. Una tendencia que nos aproxima cada día a un mundo más. Según los expertos, en los 80´s hubo un promedio de 10 sequías que produjeron pérdidas económicas millonarias; en años recientes esas pérdidas se han duplicado.
La parte fea del problema es cuando los gobiernos se hacen la vista gorda para proteger el “ciclo hidrológico”, de allí que el climatólogo Donald Wilhite, lo llame “ciclo hidro-ilógico”. Wilhite es reconocido como el principal experto mundial en políticas y gestión de la sequía.
El pánico es la primera etapa de este círculo vicioso. Luego viene la lluvia, y con ella, la apatía: ni los ciudadanos ni los políticos ven la necesidad de prepararse para la próxima sequía. Pero cuando estas vuelven, despiertan nuevamente la preocupación y el miedo de los que no se prepararon para hacerles frente.
Para ayudar a romper este ciclo Wilhite trabaja en un proyecto del Banco Mundial que monitorea constante la sequía en Ceará, uno de los estados más secos de Brasil. Con los datos, se puede tomar mejores decisiones y esto ayudará a enfrentar el problema.
El experto considera que hoy en día la capacidad de los gobiernos de América Latina es mayor que hace 20 años y hay mucho más conocimiento sobre el tema. Recomienda que cuando se produce una sequía, las autoridades deben estar atentas. En esos momentos están en una mejor posición para hacer cambios en la planificación y la evaluación de cómo pueden manejar sus recursos de manera preventiva.
Los eventos extremos (sequías, inundaciones, etc.) tienden a aumentar con el cambio climático y su costo es muy elevado no sólo para la gente sino para los diversos sectores económicos. La comunicación es muy importante en la prevención de nuevas catástrofes relacionadas con el proceso de sequía: Los medios de comunicación no sólo deben informar sobre la sequía, sino también el proceso de planificación contra nuevos desastres.
A diferencia de los científicos, los periodistas saben transmitir los mensajes para que la gente los entienda. Deberían entonces utilizar los medios para informar a las personas en vez de causar sensacionalismo y atraer audiencias para generar solo ganancias por publicidad.